¿Es el modelo actual de custodia correcto para nuestros hijos? (Mayo 2011)

¿Es la sociedad consciente de las carencias que tendrán muchos niños y niñas de hoy el día de mañana por una ley injusta que ampara la crueldad y los deseos de venganza de tanta mujer despechada?

En este país, tan inmaduro en las decisiones importantes, siempre vamos años tarde. En los principales países de nuestro entorno, la custodia compartida hace tiempo ha sido instaurada por defecto ante las rupturas de parejas con hijos. Pero en España, país apegado a defender las justicias históricas y a alentar las injusticias del presente, esto aún no ha llegado................................................... ........................................................................................................................SIGUE


Voy a contaros el porque me han prohibido ver a mis hijo.
Esto sucedió el miércoles día 6 de mayo de 2009, cuando como de costumbre recogía a los niños en el colegio, y nos íbamos al parque a jugar hasta las ocho de la tarde, hora en la que  debían de regresar con la madre. Durante la despedida  mi hija se abalanzo a mis brazos, diciendo que  no quería irse, enseñándome un pedazo de cardenal y contándome que se lo había hecho su madre el día anterior golpeándole con el grifo de la ducha; tuvo que venir la policía , la cual obligo a los niños a irse con ella, entre llantos y gritos desesperados de mis hijos yo me vi obligado a dejarlos partir. 
Ese mismo fin de semana, que me tocaba con ellos, mi hija y mi hijo me relataron lo sucedido y que no era un caso aislado, pues, había ocurrido muchas veces y que ella usaba el thrombocid para que los cardenales desaparecieran. Me vi desbordado ante lo que me estaban relatando, no sabia que hacer, ni como actuar, trate de hablar con mi ex mujer para que me explicara lo que estaba pasando, su respuesta fue, "con mis hijos hago lo que quiero y tu no te metas, no tengo porque darte explicaciones". Durante ese fin de semana, mis hijos no pararon de insistir, en que no querían volver con ella, y que estaban dispuestos a denunciarla, yo sentí, que mi obligación era ponerlo en conocimiento ante la justicia, era una situación complicada y no podía hacer lo que hubiese querido, "os quedáis con migo y trataremos de solucionar el problema", desgraciadamente las cosas no funcionan así; no tenia otra opción, mi deseo no era dañar a mi ex mujer, tampoco me podía mantener impasible ante lo que me estaban relatando mi hijos, tenia que denunciar, en nombre de mi hija, por mi hija, por mis hijos.
Al concluir ese fin de semana y por recomendación de la policía que había recogido la denuncia de mi hija, que les dijo que no tenían por que volver con su madre, ya que habían puesto una denuncia, decidí que se quedaran conmigo, por lo que, cuando llegamos al PEF (Punto de Encuentro Familiar), donde se hacían las entregas y recogidas de los menores, los niños se negaron a irse con su madre, y ese mismo PEF permitió que se fueran conmigo.  A la mañana siguiente, era lunes, lleve al colegio a los niños,  mientras, yo estuve gestionando con mi abogado lo ocurrido para que lo pusiera en conocimiento de Juzgado de Familia. 
Llega la hora de recogerlos en el colegio y cual fue mi sorpresa, que tenían retenidos a los niños a petición de la madre................................(Sigue)

Lagrimas de hombre
Lagrimas de hombre

PERMISO PARA LLORAR. -HANOCH Mc CARTY

 

Solo en el círculo de luz de la mesa del comedor, rodeado por una casa a oscuras, estaba sentado, llorando.
 Por fin había logrado acostar a los dos chicos. Padre único desde hacía relativamente poco, tenía que ser mamá y papá de mis dos hijos. Los había bañado a ambos, en medio de chillidos de alegría, corridas locas, risas y cosas que volaban por el aire. Más o menos calmados, se habían metido en la cama mientras les daba a cada uno los cinco minutos prescriptos de caricias en la espalda.
Luego tomé mi guitarra y comencé el ritual nocturno de canciones folk, que terminaba con "Todos los lindos caballitos", la favorita de los dos chicos. La canté una y otra vez, reduciendo de a poco el ritmo y el volumen hasta que parecieron profundamente dormidos.
Como hombre recientemente divorciado con la tenencia plena de sus hijos, estaba decidido a brindarles una vida familiar lo más normal y estable posible. Ponía cara de alegría para ellos. Mantenía sus actividades lo más parecidas posible a como habían sido antes. Ese ritual nocturno era el de siempre también, a excepción de que ahora faltaba su madre. Bueno, lo había hecho de nuevo: otra noche que terminaba sin problemas.

Me levanté lentamente, con cuidado, tratando de hacer el menor ruido que pudiera despertarlos de nuevo, pidiendo más canciones y más cuentos. Salí en puntas de pie de la habitación, cerré a medias la puerta y descendí a la planta baja.Cuando llegué a la mesa del comedor, me derrumbé en la silla, consciente de que era la primera vez desde que había vuelto a casa del trabajo que podía sentarme.Había cocinado y servido y alentado a dos chicos a que comieran. Había lavado los platos mientras respondía a sus muchos pedidos de atención. Ayudé a mi hija mayor con sus deberes de segundo grado y ponderé los dibujos del menor mientras me asombraba ante su complicada construcción con ladrillitos de juguete.
El baño, los cuentos, las caricias, las canciones y ahora, por fin, un breve instante para mí. El silencio era un alivio, por el momento.
Entonces todo se amontonó: el cansancio, el peso de la responsabilidad, la preocupación por las cuentas que no estaba seguro de poder pagar ese mes. Los infinitos detalles de llevar adelante una casa. Sólo poco tiempo antes, había estado casado y tenía una compañera con quien compartir las tareas, las cuentas, las preocupaciones.Y la soledad.. ..Me sentía como si estuviera en el fondo de un gran mar de soledad. Todo se me juntó, y estaba a la vez perdido y abrumado. Inesperadamente, me sobrevinieron sollozos convulsivos. Me quedé allí, llorando en silencio.En ese momento, un par de bracitos me rodearon la cintura y una carita me miró. Miré el rostro comprensivo de mi chiquito de cinco años.Me avergonzó que mi hijo me viera llorar.-Lo lamento, Ethan, no sabía que estabas despierto todavía.No sé por qué, pero mucha gente se disculpa por llorar y yo no era una excepción.-No quería llorar. Lo lamento. Sólo estoy un poco triste esta noche.-Está bien papá. Está bien llorar, sólo eres una persona.No puedo expresar lo feliz que eso me hizo, ese niño que, con la sabiduría de la inocencia, me dió permiso para llorar. Parecía estar diciéndome que no tenía que ser fuerte todo el tiempo, que de vez en cuando podía permitirme sentirme débil y dejar salir mis sentimientos.Se subió a mi falda, nos abrazamos, charlamos un ratito y lo volví a llevar a su cama y lo arropé. En cierto modo, eso también permitió que me durmiera esa noche.Gracias, hijo mio.
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